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¿Por qué sentimos dolor?

Ibupirac | ¿Por qué sentimos dolor?

El dolor es una sensación desagradable que todos hemos sentido alguna vez. Es una de las causas más habituales por las que se consulta, y una de las molestias por las que se concurre al médico con mayor frecuencia o se toma algún medicamento común, ante la necesidad, basado en experiencias anteriores.

 

Hay varias formas de clasificar el dolor. Algunos datos que necesitamos para elegir la forma de clasificación son: tipo de aparición, localización, forma de aparición (si hubo un golpe, si comenzó espontáneamente), entre otras que iremos viendo.

Por ejemplo, en cuanto a la forma de aparición: puede ser brusco y aparecer de repente o puede ser un dolor sordo, que se instala lentamente, a su vez según su duración puede ser agudo o crónico. Todo esto influirá en la forma de tratamiento, orientando en cuanto a qué tipo de medicamento y por cuánto tiempo vamos a usarlo.

 

El dolor agudo se define como el que ocurre de forma brusca. A su vez, se relaciona con la forma en que va disminuyendo a medida que se soluciona el trauma o lesión que lo desencadenó. De forma muy rápida vamos a describir el proceso inflamatorio agudo de un traumatismo, para entender por qué los analgésicos, y el ibuprofeno en particular, son tan efectivos y seguros.

 

Cuando ocurre una lesión de tipo traumática se activa un mecanismo local, caracterizado por enrojecimiento, hinchazón, dolor o sensación de calor en un área del cuerpo. Es una reacción de éste para protegerse de las lesiones. Esto se debe a que las células liberan proteínas que ensanchan los vasos sanguíneos (vasodilatación), para facilitar la llegada de más células inflamatorias, y resolver la lesión.

Se activa una enzima llamada Ciclooxigenasa, que es la que produce prostaglandinas. Estas proteínas son la clave inflamatoria. A grandes rasgos, los analgésicos actúan inhibiendo la ciclooxigenasa. Algunos de forma más potente, otros de forma más débil, unos de forma reversible, otros de forma definitiva, es decir que hasta que no se forme una nueva enzima, ésta queda anulada para formar proteínas inflamatorias.

 

En el caso, entonces, de un dolor agudo un golpe, por un traumatismo; podemos decir que fue de repente (agudo), se puede identificar el lugar donde duele (localización). Esperamos una reacción rápida, determinada por: dolor, inflamación y dificultad en el movimiento.

 

Para este tipo de eventos vamos a recomendar limitar el movimiento (inmovilizar), para proteger la zona lesionada, aplicar frío, y administrar un analgésico. En estos casos el ibuprofeno es uno de los elegidos por su rápida y buena absorción vía oral, rápido inicio analgésico (aproximadamente media hora), con pocos o nulos efectos gastrointestinales, una práctica y cómoda posología, es decir, cada cuánto hay que tomarlo para mantener el efecto. Esto sería unas 3 veces al día, en una dosis de entre 200 mg y 400 mg.

 

En el mismo sentido, al considerar que el traumatismo puede acompañarse de un daño más complejo del tejido, ya sea inflamación de las partes musculares y tendinosas, o comprometer la parte ósea, la dosis puede llegar a aumentarse a 800 mg, repitiéndola hasta 3 veces en el día. En este caso estamos hablando de dosis máximas, orientados a actuar sobre receptores de dolor de otro tipo, no solo a disminuir la acción de la enzima ciclooxigenasa, encargada de producir las proteínas del proceso inflamatorio: las prostaglandinas.

 

¿Una ventaja más? dentro de la línea Ibupirac, tenemos las cápsulas blandas de: 200, 400, 600 y 800 mg. Son cómodas de administrar, fáciles de tragar, evitando el gusto desagradable que pueden generar algunos comprimidos, y que al ser líquido, se absorbe más rápido a nivel digestivo, llegando antes al lugar donde tiene que actuar.

 

Otro ejemplo de dolor puede ser el que ocurre en el caso de un dolor visceral, un dolor de origen digestivo o menstrual (conocido en términos médicos como dismenorrea). En este caso el Ibupirac fem, una asociación de ibuprofeno y antiespasmódico será el indicado para aliviar la molestia. Para este caso la dosis puede ser de 1 comprimido al iniciar la jornada, y repetirla al final del día, ayudando así a descansar sin molestias. Por lo general en 2 o 3 días, las molestias cederán al desaparecer la inflamación de los tejidos que la originan, y podrá interrumpirse el tratamiento.

 

Esa es otra gran ventaja a destacar de este tipo de analgésico: la versatilidad de poder combinarse con otros fármacos potenciando su acción, y la capacidad de usarlo a demanda, e interrumpirlo cuando ya no es necesario, sin necesidad de disminuciones progresivas.

 

Existe otro tipo de dolor, el crónico, donde la lesión ya no es la causante de la molestia, sino que hay un daño del tejido que ha ocurrido a lo largo del tiempo, el cual se ha modificado, y el proceso ha determinado cambios de forma, de funcionamiento, y de respuesta a los medicamentos.

Uno de los casos más frecuentes, y que casi todos conocemos, es el de la artritis. Esta enfermedad tiene un importante componente inflamatorio, y por lo tanto, de dolor, pero no hay un episodio brusco y concreto que lo desencadene.

 

Estos pacientes sufren de dolor en las articulaciones, en su gran mayoría, y las mismas van modificando su forma (se deforman) y su funcionalidad (impotencia funcional), provocando a su vez adaptaciones que pueden desencadenar más dolor.

 

En estos casos, los analgésicos no se toman “a demanda”. El médico le indica a los pacientes tomarlos de forma “reglada”, es decir, con horario, evitando de esta manera el empuje de dolor, y el inicio de la escalada del mismo. Una de las “reglas” a seguir es que es más fácil prevenir el dolor, o tratarlo desde el inicio, que calmarlo luego de instalado. Esto se entiende si seguimos el razonamiento de que cuanto más tiempo pase sin analgésicos, más enzimas ciclooxigenasas van a ser reclutadas, y van a estar funcionando, produciendo más proteínas inflamatorias.

En los casos de este tipo de enfermedad inflamatoria y degenerativa, Ibupirac juega un papel importante por las ventajas en la forma de administración y su alta seguridad, como vimos antes.

 

Indicarlo de manera reglada sería, por ejemplo, tomar un comprimido de 200 mg cada 6 horas, o de 400 cada 8h, buscando la mejor calidad de vida del paciente, Permitiéndole la mayor cantidad de horas sin dolor, o minimizando el mismo, con una dosis analgésica baja pero eficaz, en su cuerpo.

 

Destacamos entonces, la practicidad y seguridad de contar con un analgésico seguro, potente y de rápida acción con la versatilidad de Ibupirac para adaptarse a las necesidades relacionadas a las molestias provocadas por el dolor tanto agudo como crónico, de diferente origen.

Ibuprofeno

El ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo, utilizado frecuentemente por su acción terapéutica como antipirético (baja la fiebre), analgésico (calma el dolor) en dolores leves a moderados como por ejemplo: el dolor de cabeza (cefalea), dolor de espalda (lumbalgia), el dolor dental (odontalgia), el dolor muscular o las molestias de la menstruación (dismenorrea). También se usa como antiinflamatorio (disminuye la inflamación), en enfermedades como la artritis reumatoidea, entre otras.